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jueves, 30 de diciembre de 2010

Soledad




 A mi lado caminas sin darme tregua.
¿Qué fue de mis años exaltados de
sortilegio y embeleso?

Sobre el arrobamiento
de mis jóvenes primaveras,
con toda mi osadía cruce
obstinado el escarnio,
la mofa, la afrenta
la burla,
y el exiguo
desenfreno de mí
perenne
tosquedad.

Soledad.
¿Qué infortunada discordia
determinó nuestro andar contiguo?
¿Qué jugada petulante?
¿Qué rapsoda delirante
anticipó su canturrear?

Las cárcavas donde con mesura
se resume mi sátira, masculla
pero no denega el tronar de
la pomposa palidonia.

Soledad! Amiga mía.
Me conmueve tu fatigar.
Paralelo sin bandería.

Soledad! ¿Quién lo diría?
Hueca amistad.
Vano aliento.
Estéril intento de
elegia.

martes, 14 de diciembre de 2010

Mis errores




Mi sagacidad para cometer errores
regenta indirectamente mi vida.
Como gran potentado del descuido
mis extravíos me han llevado
como un esquema de mi mismo,
a la desolación que yo he creado.

Aún el esmero en la disculpas

solo logro entorpecer el grado.
Un extenso solar me acompaña
y ambos construimos la ausencia.
Rara entelequia sin simulacro.
Invención y ensueño que me engaña

Desventura diligente donde me encamino

sumiso, derrochando la vida sin demora
Aguacero que me moja tan constante.
Distracción que manejo con soltura.
Prodigo en mis errores me encamino
hacia el fin de los fines o la locura.

Nunca he pretendido ser embustero

pero como un engañador engañado
nadie me perdona el ser bisoño
Y aún en la verdad con apostillas
me dan por invención mis oraciones,
y aún sospechan que son falsas mis carillas

Ya en el epígrafe entrecano

mi nómina no tiene lugar seguro.
Mi rótula desde siempre esta sellada.
Y vaya donde vaya ya esta juzgada

Pero en el catálogo de mi vida

aún persiste como sombra que llevo
rozagante, mi verdad como lonja.
Y como dijo el poeta tan distante
al saberlo yo, con eso tengo bastante

Mi canto a la vida

García y el Mago


García era un hombre común de aspecto desaliñado, con muy poca fortuna, no la económica, sino la otra, la que determina el tener las cosas comunes de la vida. Los hechos más simples, quizás, que en definitiva son el goce cotidiano.

A él le pasó siempre todo lo contrario. De chico era muy estudioso. Si embargo, no conseguía una buena nota por que en el momento de dar la lección, se abatataba, se ponía tan nervioso que decía todo de manera tan confusa que provocaba la ira del profesor el cuál terminaba aplazándolo De esa forma se fue ganando su reputación. Siempre fue tomado para él chufleteo. No pasó de ser el chico de los mandados.- Che, García, andá a comprarme tal cosa, y él iba nomás.

Cuando pasó lo de sus padres, tubo que dejar los estudios y por una recomendación del dueño de la funeraria, que le tenía simpatía, le consiguieron un puesto de cadete en el ministerio. Tampoco aquí pudo ganarse el respeto. Todas las cachetadas eran para él. Y ni hablemos de fin de año. Lo volvían loco. Lo hacían ir diez veces a comprar las mismas cosas y por cualquier excusa lo mandaban de nuevo para que la devuelva. Y él iba. Y el resto a las carcajadas. Nunca se le oyó ninguna queja.

Y sin darse cuenta, los años, era lo único que García había engrosado en su haber

Ya mayor ascendió en su empleo. De cadete pasó a ser ordenanza, que era más o menos lo mismo solo que con más años.

Las fiestas siempre la pasaba sólo. Nunca ningún compañero, si se puede decir, compañero,
lo tuvo en cuenta para compartir ni una sidra ni un pan dulce. Lo mismo con las mujeres. En la escuela, se enamoró de la chica más linda de la división. Pero ella salía con otro, mucho mas alto, más pintón y que además siempre sobresalía en todo. Luego tuvo alguna que otra digamos, aventura, pero nada que lo conmoviera demasiado. Hasta que apareció ella. Marta, que así se llamaba, nunca le prestaba la menor atención. Y él soñaba con tenerla. Su mirada se clavaba en su rostro y su imaginación volaba.

En la habitación que alquilaba a pocas cuadras del ministerio en el barrio de San Telmo, cuando regresaba, primero ponía la pava para el mate. Luego con toda prolijidad prendía su viejo tocadiscos. Después colocaba casi con dulzura y total delicadeza su tema preferido: “ Scheherazade ” de Nicolai Rimskij –Korsakow. Ya con el mate en la mano sus sueños tomaban vuelo y un día era un pirata que rescataba a Marta de las garras de una tribu de salvajes; otra un cantor de boleros del cuál ella estaba locamente enamorada y miles de imágenes más. Hasta que el agua del mate se terminaba. Entonces salía a tomar un poco de aire. Caminaba sin ninguna dirección precisa. Llegaba hasta la plaza Dorrego y se volvía mirando las antigüedades que ofrecían los negocios de la zona. No sabía si por azar o por el hábito, siempre se detenía frente a uno que en la vidriera tenía una pequeña lámpara.
Se quedaba deslumbrado. Permanecía extático. Ensimismado, su mente inventaba quiméricas aventuras. Más tarde regresaba, con la mirada perdida, seducida todavía por la lámpara.


No pasó mucho tiempo, una tarde, entró al negocio y sin mas depositó sobre el mostrador el dinero exacto del valor de la lámpara y se retiró con ella debajo del brazo. Una vez en la pieza, la colocó sobre la mesa, se tiró en la cama y no dejó de contemplarla hasta quedarse dormido. Se despertó sobresaltado pesando que iba a llegar tarde a la oficina. Cuando aliviado se dio cuenta que era sábado y que no tenía que ir, aprovecho para descansar un poco más. Se levantó por la tarde. Calentó el agua para el mate y se sentó a apreciar su adquisición. De pronto lanzó una carcajada.

No se puede ser tan imbécil- se dijo - ¡ Y por que no!- afirmó luego consolándose - Acaso, uno no es libre de comprar lo que quiera. Y bueno. A mí se me dio por esta porquería, que tanto- se dijo intentando convencerse. Pensó que cualquiera lo tomaría por loco si sospechara el motivo de su compra. Pero ya estaba hecha y ahora no la iba a devolver. Acaso quedaría algún imbécil que por casualidad creyera en eso de las lámparas y los genios, como a él le habían contado de chico. Y así se le pasó el sábado.

Al otro día preparando el desayuno, con algunas galletas y un mate cosido pues estaba con hambre, tomó la lámpara y jugando la frotó al tiempo que decía: ¡ Abracadabra!
Un estruendo, conjuntamente con una nube de humo invadió la pieza y García pegó un grito tirando la taza con el mate y las galletas, cayendo él mismo de traste al suelo.
De la lámpara todavía se veía salir algo de humo, mientras que un sujeto, mas alto que él, de anchos hombros, con un turbante en la cabeza y de aspecto oriental lo contemplaba impávido.
García se levantó asustado preguntado qué tipo de broma era esta. El individuo también sorprendido le pidió que se tranquilizara, que no era ninguna broma y que tomara con seriedad lo que le estaba pasando. García opto por escuchar. El personaje se identificó como un antiguo mago que por error había sido condenado a permanecer dentro de la lámpara desde hacía mucho tiempo.
Por fortuna, él y lograr liberarlo. Y en consecuencia estaba obligado a favorecerlo en tres deseos. Podía pedir lo que quisiese que se le concedería.
García estaba asombrado, con los ojos abiertos de par en par. Intentó expresar algo, pero no lograba emitir ningún sonido. Tenía la boca seca. Opto por beber un poco de agua.
Ya más calmo preguntó:

-¿De modo que todo esto es verdad? –

-Así es – aseguró el mago-

-Entonces: ¿Usted es un genio?- continuó-

. -Bueno.- aclaró el mago- genio, lo que se dice genio, no.

-¡ Cómo que no! – demandó preocupado-

-Tranquilícese -sugirió - déjeme que le explique-

- De acuerdo -.

-Bueno, en realidad yo era un mago de un famoso Sultán de cuya hija estaba enamorado.

Fui atrapado al intentar robar una lámpara en cuyo interior había un genio cuyos poderes

pretendía usar para conquistar a su hija. El sultán se molestó tanto que me condenó a vivir en otra parecida. Al pedirle clemencia permitió que si alguien frotara la lámpara iba a ser liberado y en retribución se le concederían tres deseos.
Pasó mucho tiempo, recorrí muchos lugares, hasta que hoy usted rompió el hechizo. Y bueno, en líneas generales eso es todo.¿ Comprendió ahora?

-¿ Y durante todo ese tiempo nunca nadie frotó la lámpara?- inquirió curioso-

Si- contesto el mago- Pero nadie había dicho la palabra clave.

- ¿ Cuál palabra clave?

- Abracadabra

-¡ No me diga!

- Créame- afirmo el mago-

-¿Qué me dice?- Comentó pensativo - Todo por una palabra: abracadabra.

Qué increíble ¿No?. Parece mentira

.Se quedó pensativo un rato, mirándolo.

-¿Así qué todo es verdad?- volvió a insistir -

-Así es – aseguró el mago-

-¿Y puedo pedir lo que quiera? – interrogó ya más calmo -

- Exactamente, lo que usted quiera. En el mismo instante se le concederá – reafirmó el mago.

-¿Y qué tiempo tengo, quiero decir, para pensarlo?.

- El que usted necesite. Aunque personalmente le sugiero que se apure, pues dado el tiempo que pasó no hay tantas garantías, ¿Me entiende’?.

-¡Ah!. Claro, claro. Entonces es mejor no perder tiempo. ¿Verdad?

-¿ Pero ya tiene decidido el pedido?- pregunto sorprendido el mago -

-¡ Pues claro que lo tengo!. Cómo no lo voy a tener. ¡Si lo estuve esperando toda la vida!

- Me imagino – comentó el mago -

- ¿ Qué se imagina?-

- Su pedido -

- Así. ¿ Y cuál creé que es?

- Dinero, seguramente -

- No. Está equivocado -

- Fama, entonces – insistió -

- Tampoco –afirmó -

- Se puede saber entonces..

- ¡Poder! – aseguró –
 
- ¿ Cómo?
 
- Sí ¡Poder! Me entiende. ¡Poder! ¡Es lo que mueve al mundo, sabe! Y se lo digo con conocimiento por que yo siempre la vi de abajo, comprende. Siempre había alguien que me mandaba, que me jodía y yo lo odiaba, pero en serio lo odiaba, con toda mi alma, sabe, con toda mi alma Y siempre me decía, algún día van a ver hijos de putas. Porque no hay mal que dure cien años, me entiende, algún día, esto tenía que cambiar. Y por suerte, la lámpara. Y yo que creía que era un boludo, mirándola, deseándola, amándola con toda mi alma. Usted me entiende ¿No? Es lo mismo que a usted, tantos años metido en esa basura. Bueno, es un decir, sabe, como es tan chiquita me imagino que debe ser muy incómoda ¿No? Es por eso, pero bueno ¡Se acabó!. Entiende. ¡Se acabó! ¡Caput! Así que manos a la obra. ¿Qué hay que hacer?

-Es sencillo. Solamente tiene que decir: ¡Abracadabra, quiero el poder! Luego yo apoyo mi mano sobre su frente y digo: Te lo concedo y listo.

-¿Nada más?- inquirió dudoso -

- Nada mas- afirmó el mago -

-De acuerdo.

García tomo asiento frente al mago, respiró profundamente, exhaló y con total entusiasmo,
casi gritando aseveró:

-¡Abracadabra, quiero el poder!

El mago, distendido, aunque con cierto recelo, se ubico delante de García, se inclinó levemente, colocó sus manos en la frente de él y pronuncio:

-Yo, te lo concedo-

En ese instante García desapareció. El mago quedó con sus manos en el aire sin comprender lo sucedido. Casi simultáneamente su cuerpo se fue reduciendo adoptando una figura parecida a la de García. Desconcertado miró hacia su alrededor y no vio a nadie.
Percibió como una vos que lo llamaba Como un susurro alejado pero no logró identificarlo. Hasta que se acercó a la lámpara y la vos inconfundible de García lo exhorto a que lo saque de allí. El mago sorprendido le explico que él poder le ha sido transferido y él mismo reside dentro de la lámpara. García enfurecido le exige que frote la lámpara inmediatamente sino
quería vérsela con la furia de su poder una ves afuera. Qué si la frotara enseguida le aseguraba su perdón y que a su ves le concedería cualquier deseo.
El mago se sentó tranquilamente. Meditó largamente y sin darse cuenta se quedó dormido.
Al otro día, comprobó que su ropa le sentaban bien. Recorrió la casa y encontró un poco de dinero. Lo tomó. Luego se acerco a la lámpara. Vio que aquél le hacía unos ademanes como llamándolo. Se arrimó hasta escucharlo. Entonces García le pidió que vaya al ministerio y que le avise a su jefe que no iba a ir por un tiempo. El mago le aseguró que lo haría.
Luego salió de la casa, entró en un bar y desayunó tranquilamente.
Al regresar pasó por el ministerio y pidió hablar con el jefe de García. Se identifico como un familiar del mismo, un primo del interior en busca de trabajo. Le informó que aquél había decido hacer un viaje que venía postergando desde hacía tiempo y que le anunciaba su renuncia a través suyo, que más adelante le llegaría por escrito.

El jefe manifestó su sorpresa insistiendo si no había ningún error con respecto a la renuncia, dado que después de tantos años, era una pena.
El mago le contestó que la decisión era un hecho.
El jefe le agradeció el gesto y antes de que se fuera le preguntó si no estaba interesado en ocupar el lugar que dejaba García.
El mago le contestó que por casualidad era lo que tenía en mente. El jefe le pidió que esperara unos días y que se mantenga en contacto por cualquier novedad.
Así lo hizo.

Serafín del Valle y Verellano


7 / 1 / 99

El giro aleatorio


Fue sin darme cuenta. Al querer agarrar una botella de coñac de la vieja mesa, no vi que justo se encontraba detrás y lo empujé, pero en un acto reflejo pude tomarlo al vuelo. No fue casual. Una vez en mi mano, me quedé pasmado. Hacía mucho que no lo veía. Me senté sin salir de mi asombro. No podía sacar la vista de mi mano izquierda, que era con la que lo sostenía habitualmente y el penetrante y dulzón olor a tabaco, al recuerdo de Marcela. Primero su rostro y luego sus manos, sus largas manos, las amadas manos, que en esta habitación amasaron la arcilla, extendiéndola, para luego envolverla sobre sí misma y crear lo que llamé “Obra de arte en espera”, que hoy estaba sosteniendo.

-Parece una serpiente-recuerdo que le dije-

Me contestó riendo:

-No, es la base, ves que enrollándolo toma mas firmeza-

-¿Qué es?- insistí-¿Un laberinto?

-¡Ya vas a ver!-afirmó-

Aquella tarde, recuerdo que nos hablamos todo sobre las diferencias de mandalas y laberintos y ambos recorrimos en secreto y sin mesura miles de meandros y sinuosidades. El poco tiempo con el que disponíamos para encontrarnos, nos permitía un apasionamiento sin reservas. Concientes de lo fugaz, enfrentábamos los momentos con el temor de que la fatalidad sobrevolara nuestro delirio, despedazándolo, aniquilando nuestra pasión que perfora hasta lo más profundo, saltando con la camisa en llamas, de estrella en estrella, destellando e iluminando sin límites, sin velos, ni máscaras, desollando nuestro pelaje.

-¿En espera de qué? – preguntó-

-De eso, de serlo-

-Es tu regalo de cumple-afirmó-¿Te gusta?

-¿Por qué tres huecos? ¡Somos dos!- inquirí- ¡Tres es multitud!

-Lo externo-respondió irónicamente con una sonrisa-

-¿Las cenizas?-pregunté inquieto-

Contestó con una sonrisa.

No nos conocíamos mucho. Los dos estábamos en Exactas. Nos veíamos semanalmente en mi departamento, compartíamos muchas cosas en común y omitíamos otras. La tarde que dejó la nota bajo “La obra de arte a la espera” supe que la amaba. Sin mayores explicaciones decía que por razones ajenas se iba a Londres, que me quería y me dejaba un beso.

Busqué durante todo el tiempo saber sobre ella. Lo supe más adelante. En una lista de personas condenadas figuraba su nombre. No dejé de indagar ni de pensar en ella, desparramando cenizas dentro y fuera del cacharro. Como pude terminé la carrera y en un esfuerzo mayor deje de fumar. En dos días iba a Londres por una beca que había ganado. Recorrí todas las posibilidades que me llevaban hacía ella.

El axioma de Kurt, me invadió inesperadamente “Dos puntos que giran en forma aleatoria en un espacio infinito, tienen la posibilidad de encontrarse en el mismo no antes de que trascurran dos unidades Berr”

Bebí mi coñac, esperando que el axioma de Kurt también se realice en la finitud. Recordé que una unidad Berr, correspondían a tres años.

Pasado mañana se cumplían seis años del día que encontré la estela bajo mi obra de arte en espera, que sostenía en la mano y que me acompañaría al encuentro.

Jorge Cuman mayo/ 04

domingo, 12 de diciembre de 2010

No quiso


Estoy parado frente a ella
Pero el piano la atrapa.
Y su amiga le elucida
el candor y la albura que
se adivinan en el parque.

Cada nota marca un paraje
Y escucho indolente
el pelmazo relato.
Ya termina el solista
entonces me integro
como un hecho casual.
Siento que la recepción
se puede convalidar.
Hay un pequeño silencio
Saludo como al pasar.
Pero todo fue un saludo
y no me quiso hablar...

Tuyo

 
"Lujuria", de la web
 
..tal cuál lo describes
es como lo soñamos.
La palabra justa,
la acción en su tiempo
las partes donde dibuje tu cuerpo
con mi locura más pura...
donde me enrede en tus perfumes
navegando tu pubis
¿Hay algo más sublime que el perfecto enclave
en que se perdieron nuestros cuerpos,
mientras nuestras almas se acoplaban,
quantum con quantum?
¡Enérgica lujuria!
¡Tórrido amor...
¡Calcinante meneos!
¡Hervor ecuestre!..
¡Egregio enajenamiento
que sólo retomó la realidad
al finalizar el sortilegio
y aparecer el mundo
del que habíamos prescindido!
¡No mueras en mis ojos,
vive en mi cuerpo,
la eternidad nos espera!
Solo tuyo

Mi sombra



Mi sombra tiene miedos que yo comprendo,
Sospecha que de vientos está cubierto el cielo.
Y el temor que la domina viene acoplado a eso,
ella es terrestre, sólo toca el suelo.
Me siento a contemplarla y se parece a un perro.
Se une como puede y no me saca ni por momentos
su mirada sufrida, y continua muda debajo de mi asiento.
Si el sol le da de pleno se pega a mi como protegiendo.
Ya en la tarde se relaja sin perderme un momento.
A veces me pregunto ¿Qué será de ella?
La tarde que me decida a enfrentar el viento.

Las pérdidas torpes

Casablanca

 Nuestro elemental
contacto era la mirada.
¿Te acuerdas? Apenas un guiño
y yo te amaba.
¿Quién menoscabo primero?
No lo sabemos.
Sospecho que de apoco.
Desde lo exiguo.
Algo que dije, no se si fue sin querer
Y tu respuesta se fue sumando hasta perder,
el punto que ambos establecimos
y que luego, ambos no acatamos
¡El respeto!

¡Que ironía la vida!
¿Qué éramos más jóvenes?
no se, tal vez sin saberlo
nos fuimos mintiendo
tratando que nada cambie
cuando ya paso el tiempo.


Me acuerdo cuando aquel
trabajo que te dije:¡ No lo tomes!.
Marco un punto. Y mis reflexiones
se me sumaron a tus cambios,
donde te defendías que tu ropa
era parte de una utilería.
¿La interior, pregunté?
Y no escuche tu respuesta.
O fue un tanto vacía.


Al tiempo me cuentan
una mujer muda su ropa
no por su marido
sino por el que paga la copa.

Y a esta altura
me alcanza la certeza
Y que puedo hacer
Pero nada corrige nada
Y la vida pierde su sentido
Me voy no sabiendo
Quién ha cumplido
aquella vieja promesa
que quedo en el olvido
y que vuelve golpeando
martillando mí recuerdo
y me río pensando que
al romper con ella
la vida dejo de
ser tan bella.

Y volveré

"Gray Mood", de Zhaoming Wu

Y volveré a la fuente, ingresaré
por la orilla, cómo acción de
bienvenida me cubriré de arena
Avanzaré entre olas que jugaran
con mi dedos, e iré sacudiendo
hasta que ya no pueda soportar
tu ausencia. Entonces te llamaré.

Responderás con las mismas ansias
que vivimos, inventando fraguas,
crisoles donde depositare mis brasas,
los días cruzaran con gemidos, latidos
acelerados y sonrisas amplias.

Y tú bajo el manto de un cendal
Urguíaras sueños clandestinos.
Sospecharas tiempos imposibles
Impávida clamaras por lo eterno
Y como estigma perentorio
desgreñaras tu pubis a la espera

La vida dada

"Madre e hijo", Gustav Klimt

¡Qué hecho reluciente,
cada vida que emana!

Trocar de ambiente

y aún sin ser depositado
tener la certeza de ser amado.

Un único vuelo singular,

que del vientre a los brazos
diseña el reto de poder mamar.
Temerosa expulsión que una vez
conseguida ¡Provee la vida!

Milagro cotidiano, recurrente

que a pesar del agobio
como un hecho sabio
repite y repite la gente.

Más tarde el conjuro

Y la súplica sumisa
Guarnece en comunión

Buscando la premisa

Para que la vida siga

Juntos

 
Nosotros podremos impregnar:
nuestra vida del mismo aroma,
secretar el sentimiento por las
diferencias que nos colman.
Tu espesura me alberga
Tu figura me acopla
Y yo te seduzco
Hora por hora.
No te vayas
Hoy es tu tiempo y el mio
Juntos navegaremos
Por los caminos.
Quédate a mi lado.
Que se esta ocultando el sol
Y tengo frío

Itinerario


 Sobre la alborada de mi primaria noche
volví al encuentro de mi primitiva tea
la voz templada, el rostro sereno
dueño del tiempo y de lo vasto.
Se hundía como un puñal
clavado en mi cabeza
la certeza de sus palabras
La notable convicción
me recorrían como un río.
Lo miraba hechizado y a la espera
de su postura señorial marcando
sin dilapidar las palabras
el camino sensato, juicioso
envuelto en un sortilegio
único y fascinador.
Derrochaba amor y firmeza
Gallardo pero no soberbio.
Con que naturalidad
nos comunicaba su afecto.
Sin atropellos ni vacilante
nos impartía su mirada alterna.
armonizaba las discrepancias
con mesura sin opresión
sólo con los mutuos respetos
El día en que partió aún me duele.
No pude permitirme el llanto
Patético lo observaba. Mi mente en blanco.
A la espera que todo eso no fuese cierto
alguna argucia y que en un momento
oportuno y adecuado, todo fuera teatral
y concluyera con un fuerte aplauso.
Pero no hubo telón ni entusiasmo.
Maldije toda mi vida ese año.
¡Y tanto me costó levantarlo!
Y hoy ya, al final de mi itinerario
paladee algo nuevo sobre mis labios,
mis ojos empapados, lloraban
llantos que guarde estos años.

Blanca



No supe de tus gritos
Sobre el reflejo blanco

Se extraviaron tus ecos...
Y en la noche larga
te gastabas llorando.

¿Qué fue de ti?
Paloma blanca.

¿Qué verdugo lascivo
cortó tus alas?

Luego te llevaron

¿En qué lejana nube
se detuvo tu canto?

¡No quiero ver tu vuelo!
Paloma blanca.

Se me ha caído el tiempo
Y no tengo calma.



Escrito el 31 de Mayo, 2006 en homenaje a las mujeres arrojadas vivas durante la dictadura.

Yo la dejé


Solapada me cercenaba
cuando ya caían las hojas,
y la tarde depuro mi soledad.

La mutilación acudía lenta
Y a la espera del día
me fui quebrando.

El dilema sólo dio
una posibilidad.
Y clausure herido.

Yo la dejé.

Y a pesar de los años
la sigo llorando.

Yo sé que puedo



Yo sé que puedo sobreponer mis dolencias
con el mismo esfuerzo que un colibrí hambriento.
Y armonizar mi abundancia de prudencia,
para no quedarme sin aire en el intento

Recorrer río arriba el camino pedregoso,
teniendo como meta la cumbre escarpada.
Disfrutar del valle. Ardiente y feroz reposo
que nos regocija, unidos cara a cara

Buscar entre las olas tu cuerpo mojado.
Sucumbir en ti con el calor de mi cordura
Llevarte hacia los confines de lo amado,
Y cubrirme con los umbrales de tu locura

Te envolveré en fragancias que nos intimen,
tu mundo será un hálito de energía nueva.
Brotaran risas desde lo más profundo,
y montaremos juntos la lujuria plena

Pido Silencio





Porque los días son de menor tamaño
 Y los atardeceres se clavan en mi memoria
Como sábanas desnudas y desoladas
Pido silencio

Si aún el alba me demora el tiempo
Y las venas se agrietan sin remedio
Mi sangre es un manto de firmeza
Pido silencio

Los troncos briosos sucumbieron
Entre lodos sin prisa y sin consuelo
Se escucha a lo lejos su clamor
Pido silencio

No me basta el grito ni la lanza
No me consuela la gramilla
Admito mi dolor irrevocable
Pido silencio

Hay soles que ya no son
Y noches largas que se humedecen
Mi canto se alarga mustio
Pido silencio

Soplan los vientos ajenos
Sin pausa, pero distantes
Me roban los tiempos viejos
Pido silencio

Callan las voces
Un manto de sol me anida
No doy ni pido reposo
Pido silencio

Hay mares de cantos nuevos
Sobre el añejo sollozo
Mi canto sigue a su canto
Pido silencio

Ahonda su trino en la llaga
El rápsoda mortecino
Punzante su lírica vana
Pido silencio

No se abdica ni se cede
“No hay olvido ni perdón”
Sólo espera en la espera
Pido silencio

Feroces en los recuerdos
El ahogo es bruma blanca
El canto ruge su canto
Pido silencio.

Escrito el 10 de agosto 2005 en homenaje a los 30,000 desaparecidos durante la dictadura en Argentina.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Final en Otoño


 Deambulan por mis neuronas lazos de tiempo,
de distancia. Capricho o hábito constantes
que en este desorden de mis emociones, no me
amparan. La indolencia que me constituye,
es un feroz reniego de aquello que ayer amaba.

La omisión se ajusta con la sequedad de mi apego.
Equívoco que como un tormento me lastima
Si fuimos magnificencia y abundancia.
Nada debió sublevar nuestro andar afable
Pero hoy vuelve a sacudir lo transitado.

¿Por qué si lo nuestro era inquebrantable,
se desmoronó sin quejas ni lamentos?
Indudablemente los dos percibíamos
Y a la espera callábamos con recelo.
con la expectativa de quién hable primero.

Y como una torre de marfil que se derrumba
Nuestro diálogo dio fin a nuestra convivencia
Nada se podía rescatar. Las cartas echadas
Y todo como aleccionando nuestras citas
el punto justo de nuestro atardecer
copió el contorno de las hojas marchitas.
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Epílogo



Estas tardes se angostan
buscando la molicie de los años.
Meritoria y adecuada rúbrica
que fui ganando a expensas
de intentan sitiar la noche.
Me sustrae y me despoja
de mi temple sin remiendas.


Dilapide sin reserva.
Y no fui sumiso en el dispendio.
Nunca restringí el deleite
ni mi cualidad para el derroche.
Poco, malo o bueno acepte
como un mandato, no postergar
ni un día y menos una noche.

Y hubo días de euforias,
inspiración y ostentación
austeridad o abundancia.
Humildad y grandeza.
Destaque en el levante
y versátil en el poniente.

Mis días optaron por ser breves.
Airoso mi piquete ostentaba
arrogante hasta la fatiga.
Fatuo, petulante y jaranero
mi invocación como estampa
sólo reclamaba ser el primero

 En toda parranda, fui lamedor
de los distintos almíbares.
Hostigue mi alboroto
hasta mil migrañas.
Galante en mis lamentos,
mi trayecto: jubilo y jarana

Y hoy mi oleaje ha pasado.
¡Ni embrollo ni ladino!
He desplegado sin atesorar,
todo lo he gastado
sin otra idea que al final,
consumido llegue a mi destino

El Viento


Perplejo camino sin rumbo fijo.
Un desasosiego limita mis pasos.
Y por añadidura los recuerdos,
impulsan sin querer mis fracasos.
La calle tiene un olor a olvido
Y yo continuo, camino perdido
Las cosas irradian mis penas vacías
Y el viento con su evocación activa
Sacude y sacude, sin compasión
mi vida
Gris voy sin más sentido
que esperar la parca
en cualquier momento.
Y como una ironía se mofa
el viento y hasta el agravio
sacude mi cuerpo.
¡Qué derroche de vida!
Sin agoreros sucumbo solo
Y cada paso es un tormento
que voy pisando en contra del viento.