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domingo, 12 de diciembre de 2010

Las pérdidas torpes

Casablanca

 Nuestro elemental
contacto era la mirada.
¿Te acuerdas? Apenas un guiño
y yo te amaba.
¿Quién menoscabo primero?
No lo sabemos.
Sospecho que de apoco.
Desde lo exiguo.
Algo que dije, no se si fue sin querer
Y tu respuesta se fue sumando hasta perder,
el punto que ambos establecimos
y que luego, ambos no acatamos
¡El respeto!

¡Que ironía la vida!
¿Qué éramos más jóvenes?
no se, tal vez sin saberlo
nos fuimos mintiendo
tratando que nada cambie
cuando ya paso el tiempo.


Me acuerdo cuando aquel
trabajo que te dije:¡ No lo tomes!.
Marco un punto. Y mis reflexiones
se me sumaron a tus cambios,
donde te defendías que tu ropa
era parte de una utilería.
¿La interior, pregunté?
Y no escuche tu respuesta.
O fue un tanto vacía.


Al tiempo me cuentan
una mujer muda su ropa
no por su marido
sino por el que paga la copa.

Y a esta altura
me alcanza la certeza
Y que puedo hacer
Pero nada corrige nada
Y la vida pierde su sentido
Me voy no sabiendo
Quién ha cumplido
aquella vieja promesa
que quedo en el olvido
y que vuelve golpeando
martillando mí recuerdo
y me río pensando que
al romper con ella
la vida dejo de
ser tan bella.

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